Cada vez que juegas y ganas, se produce una sensación de bienestar que es muy difícil de olvidar. Parecido a cuando ves a tu equipo favorito ganar un partido, o cuando mueves todo tu cuerpo al ritmo de la música que amas. Parecido también a cuando logras un objetivo que te propusiste... o cuando te enamoras. Todas estas actividades generan endorfina: sustancia química que produce en nuestro cerebro la sensación de placer.
Todos estamos constantemente expuestos al riego de volvernos dependientes de la sensación de felicidad. Sin embargo el problema se torna crítico si desarrollamos una adicción a ellas. La consecuencia principal de una adicción, es el no poder lidiar con la abstinencia. En el caso de los adictos al juego, la abstinencia radica en el no poder ganar por un tiempo prolongado, período en que no sentirán la felicidad que sintieron al ganar la última vez.
Como detectar problemas de adicción en los juegos de azar.
Cuando los jugadores entran a una etapa de pérdidas, la reacción lógica sería disminuir la frecuencia de las apuestas. Un juego sano consiste en poder divertirse sin perjudicar la salud ni los propios recursos. Cuando un jugador se mantiene en la fase de pérdidas y aumenta la frecuencia en el juego, ya no evalúa bien el riesgo que significa para sus finanzas el seguir jugando ya que está enganchado con la ilusión de volver a ganar.
Este comportamiento viene de la mano con el aislamiento social. El jugador se puede sentir avergonzado de perder, y pospone o detiene otras actividades sociales. Otro signo son las incongruencias en lo que el jugador dice, para así encubrir sus salidas a jugar. En algunos casos la necesidad de jugar es tan alta, que pedirán dinero prestado a amigos y familiares, o incurrirán en deudas. La angustia que siente el jugador aquí es grande.
Como disminuir el riesgo de dependencia a los juegos de azar.
Los juegos de azar no tienen por qué significar un problema, si es que disfrutamos de una variedad de cosas que nos dan alegría. En nuestra vida diaria, varias actividades aumentan la producción de endorfinas. El hacer deporte, el sexo, consumir alimentos como el chocolate, los garbanzos o el plátano, incluso el acto de agradecer también eleva la producción de endorfinas. Hacer planes, imaginar metas - independiente de lo que suceda - es otra actividad muy placentera.
Para prevenir la dependencia a los juegos de azar, es muy recomendable la práctica de variadas actividades que nos parezcan placenteras. Hobbies, actividades físicas, aprendizajes, salidas con amigos, actividades culturales, leer, conversar... sólo cada uno sabe lo que más le causa satisfacción, y conocerlo nos permitirá incorporarlo a nuestra vida cotidiana, de modo que si nos sentimos tentados a jugar, pero no tenemos dinero para ello, podemos acudir a cualquier otro item, que sabemos nos dará satisfacción.
Tipos de tratamiento y sus efectos.
Para casos de dependencia grave, donde el aislamiento social o el desequilibro financiero es crítico, es necesario incurrir a atención médica. Para esto existen tratamientos donde el paciente puede superar su dependencia. Un tratamiento intensivo puede durar entre 5 a 9 semanas, internado en un hospital o clínica, y el ambulatorio entre 6 a 9 meses. En ambos el objetivo es reparar las capacidades y habilidades de manejar la vida diaria que fueron deterioradas.
Otra manera poderosa de detener el avance de la dependencia al juego es a través técnicas de auto control y de auto cuidado. Por ejemplo fijar una cantidad de horas para jugar, hacer pausas en el juego, fijar un tope de dinero y nunca jugar con dinero destinado a otras cosa: sólo jugar con dinero extra del presupuesto mensual. Es de vital importancia tener a quien consultar en caso de riesgo y tener un centro donde acudir.
Conciencia de riesgos y manejo responsable.
Uno de los riesgos mas altos de los juegos de azar con dinero real, es el de confundir el dinero obtenido de las ganancias, con el de los ingresos. Debemos tener conciencia que el dinero que usamos para los gastos de nuestra vida diaria, lo produzcamos trabajando o bien de fuentes fijas que no sean condicionadas al azar. Un juego será jamás una fuente de inversión, ya que no hay control de lo que se gana.
Ganar y perder son parte de la experiencia humana, y parte de los juegos de azar. Un manejo responsable de la vida diaria de un jugador adulto consiste en poder balancear todos los aspectos cotidianos que la componen, junto con los placeres, los problemas, los riesgos y las oportunidades... ¡Entre muchas otras cosas! El equilibrio radica en poder disfrutar del juego sin incurrir a grandes riesgos, por lo que es vital informarse bien y tomar precauciones.